Antes de comenzar este artículo, es bueno entender a qué nos enfrentamos los diseñadores gráficos ante cualquier pieza gráfica, ¿será original nuestra creación?, ¿una copia mejor lograda que la original? Ante esto responderé de acuerdo a mi experiencia. Obviamente, lo que realicemos nunca será 100% original, pero podemos lograr algo atractivo y con una visión diferente. Una de las cosas en las que no estoy de acuerdo, es en la crítica que se hace instantáneamente al ver que alguien diseña una pieza gráfica igual a una ya hecha. Es obvio que hay diseñadores capaces de copiar un proyecto con tal de entregar un buen producto, pero las coincidencias ocurren. Pensemos que el diseño está en todo el mundo, es posible que coincidamos en ciertos parámetros, o que nuestro diseño resulte igual al de otro, ningún diseñador está libre de tener un “diseño gemelo”, por ende, creo que antes de críticar debemos ver el contexto en que se realizó el proyecto antes de juzgarlo una copia. Otra de las cosas, es la crítica que recibimos a menudo, muchas veces nuestros clientes nos crítican con términos poco éticos y sin justificación alguna como el típico “se ve feo”, “no me gusta el color, cámbialo por uno más atractivo, (según mi criterio el rosado es un color atractivo)”, “quiero un diseño bonito y amigable”, y así un sinfín de términos informales, que créanlo o no, tenemos que entender sin preguntar 2 veces.
El primer desarrollo.-
Lo cierto es, que en mi estadía como estudiante potenció mi creatividad y a amar la carrera, pero no me prepararon para ser un profesional a la hora de interactuar con un cliente, y la verdad es que no me enseñaron nada del desarrollo web, llegué a trabajar a Emagenic con la sola misión de tener estabilidad, sin saber algo de lenguajes como HTML - CSS, o lo que significaba ser un frontend o backend, pero decidí arriesgarme y comenzar desde 0. Diseñar mi primer sitio web fue complejo, la verdad, me di cuenta de que tenía una falencia notoria en ese sentido, no comprendía la usabilidad, ni los códigos significativos para lograr un diseño potente y funcional, pero ¡hey! “NADIE DIJO QUE SERÍA FÁCIL”. Esto me hizo ver lo ignorante y poco rentable que podría ser en un comienzo como diseñador gráfico profesional, algo frustrante para los ideales y la confianza de ser un buen diseñador, que traía desde mi formación institucional, algo tan simple pero a la vez tan complejo me complicó durante un mes (esto me sirvió para medir mi perseverancia y tolerancia ante un posible fracaso en mi primer desafío), tuve que analizar tendencias, ver desarrollos anteriores, aprender a utilizar nuevamente PHOTOSHOP (para diseñar un sitio), pero logré salir y diseñar un proyecto razonable, pero ¡STOP!, venía lo mas complejo, “Programar un sitioooooo”, ¿¡como!? ¿Cómo programaba un sitio web, si ni siquiera sabia lo que era un DIV? Obviamente, me capacitaron con videos , donde tuve que volver a estudiar, el estrés y los nervios comienzan a agobiarte y no por el hecho de aprender, sino que estás contra el tiempo, jugando con la confianza de tu jefe y lo más importante, con la confianza del cliente que apuesta por la empresa para mejorar su producto o servicio.
Con la ayuda de mi compañero y las ganas de no fracasar en el intento, logré terminar el proyecto, no fue perfecto pero sí pude captar y apreciar la importancia del desarrollo web. Nuestra tecnología avanza considerablemente, y después de esto, ya no me siento en un 100% ignorante en este rubro. Por supuesto, descubrí un mercado enorme, que está creciendo día a día, y que según mi experiencia, tener estos conocimientos va a marcar la diferencia entre un diseñador y otro.
Debemos ampliar nuestras competencias y no quedarnos con lo que nos enseñan en nuestra institución porque nunca se deja de aprender.
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