El contenido de un sitio web incluye todo tipo de descripción o información de su arquitectura, es decir, desde las etiquetas de una página hasta los enlaces internos que pueda tener. Todo es contenido que debe redactarse pensando siempre en el posicionamiento que le queremos dar en el ranking de búsquedas.
Guiándonos por la fórmula de Google, para posicionar bien debemos utilizar las palabras claves adecuadas, la popularidad o relevancia de nuestro contenido, y por su puesto, la frecuencia de actualización con la que publicamos, para mantener siempre informado a Google de que nuestra página web está activa.
No es solamente texto
Contenido no significa necesariamente “texto”; existen otras formas de entregarlo a los usuarios para lograr una interacción: videos, imágenes, documentos descargables, animaciones, y mucho más.
Cuando hablamos de la importancia del contenido en un sitio web, siempre hacemos énfasis a que idealmente sea contenido original y de calidad, que permita atrapar a los usuarios para que se queden y naveguen por más tiempo.
¿Cómo es el contenido de calidad?
Veamos que aspectos deberíamos tener en cuenta cuando hablamos de “contenido de calidad”:
Los textos son elaborados por personas para personas
Google ha modificado su algoritmo para detectar la veracidad de un texto y así comprobar que efectivamente no ha sido escrito por robots. Esto sumado a acciones como el uso indiscriminado y repetitivo de palabras claves -Keyword stuffing- enlaces internos rotos y backlinks de dudosa reputación degradan la calidad de nuestro contenido de manera brutal.
El contenido debe ser generado por especialistas
Si no se cuenta con un especialista, se debe investigar a fondo la temática a abordar para que el contenido sea lo más creíble posible. Recordemos que Google ha priorizado desde este año premiar a todo tipo de contenido informativo y educativo que deje una lección al usuario.
Debe estar orientado a un público objetivo específico
Toda la composición del contenido, desde el tipo de lenguaje hasta su formato deberá definirse a base de nuestro público objetivo. ¿Qué queremos comunicar? ¿A quiénes? ¿Cómo queremos comunicarlo? ¿Con qué fin?
Respondiendo este tipo de preguntas podemos ordenar la información para poder hablarle a una audiencia determinada para que esta logre la interacción que tanto ansiamos.
Debe ser creativo y estar en tendencia
Tenemos diferentes plataformas hoy en día para echar volar nuestra creatividad; prueba compartiendo videos tutoriales breves en TikTok para educar a tu audiencia sobre un tema en específico, o mostrar a tu equipo en un día de trabajo en casa o en la oficina. Además todos sabemos que cualquier video puede volverse viral en cuestión de segundos si logras captar la atención de los interesados.
¿Te gustó? ¡Compártelo en tus redes!